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sábado, 5 de agosto de 2006

PELEAS DE GALLOS

Peleas de gallos: un espectáculo prohibidoUna nueva ley en California impone fuertes multas y cárcel a los galleros
¡Sileeeeencio, señores!...
¡Cieeeerren las apuestas!...
¡Hay pelea!...


Las frases indican el comienzo de una pelea a muerte entre dos gallos. La sangre de los animales hierve. Las aves revolotean en el ruedo y se dan heridas mortales, mientras los aficionados, emocionados, aplauden a su favorito.
Un gallo cae ensangrentado —casi siempre moribundo—, mientras el otro —quizá herido— se levanta con honor como el vencedor de aquella pelea.
El gallo salvó su vida. Su peleador ganó miles de dólares.
Es la escena de una pelea de gallos que, aunque prohibidas en California, arrastran a un gran sinnúmero de aficionados clandestinos, que cada semana, durante cierta temporada, se dan cita en algún lugar del estado para seguir deleitando su gusto por ése, al que llaman deporte.
La afición por las peleas de gallos crece, según algunos galleros. Pero las leyes cada vez son más reforzadas para evitar esta actividad “violenta y cruel”, como la definen algunos políticos y activistas protectores de animales.
Hace una semana, el gobernador Gray Davis firmó la Ley SB732 que entrará en vigor en enero del próximo año, en la cual se aumentaron las penalidades para aquellas personas a las que se sorprenda peleando gallos.
Las multas van desde 1,000 hasta cinco mil dólares, si el gallero no tiene ningún antecedente por ese motivo. Pero si la ofensa es registrada por segunda ocasión, podría llegar a pagar hasta 25,000 dólares. Además de pasar un año en la prisión del condado.
“Es demasiado”, comentó Jesús, quien desde los 8 años de edad ya visitaba los palenques en México, junto a su padre, para ver pelear los gallos, “no le hacemos mal a nadie” .
Gallos y epidemia
Sin embargo, para la senadora estatal Nell Soto, demócrata de Ontario, quien presentó la propuesta de ley para incrementar las sanciones a los galleros, las medidas se tienen que seguir reforzando no sólo porque se está violando una legislación, sino porque esas peleas son la posible causa de la epidemia de la enfermedad del Newcastle Exótica, que afectó en gran medida los comercios de avicultura el año pasado.
“Desafortunadamente las leyes actuales no han disuadido esta viciosa actividad”, señaló Lennies Gutiérrez, asistente legislativa de la senadora Soto.
“La senadora quiso, con esta propuesta, dar a las autoridades las herramientas necesarias y fortalecer las penas estatales para castigar a los participantes en este supuesto deporte”, indicó Gutiérrez.
Más de tres millones de aves contagiadas tuvieron que ser “humanamente sacrificadas” el año pasado y principios de 2003, de acuerdo a estadísticas del gobierno de California.
La enfermedad Newcastle Exótica, es causada por un tipo de virus para el cual hasta el momento no hay cura o vacuna alguna que lo pueda prevenir.
El contagio se limitó a las aves de corral y exóticas (gallos) que permanecían en los patios traseros de algunas casas.
Las autoridades del Departamento de Agricultura de California dijeron, en el momento del brote del Newcastle, que la enfermedad en los pollos, el cual no afectaba la vida de las personas, pudo haberse originado por la importación ilegal de aves al país o también a través de los gallos utilizados para las peleas que se crían de manera clandestina.
Pero Ignacio, otro gallero de profesión, comentó lo contrario.
“El criador de gallos profesional cuida bien sus animales, no va a permitir que nada les pase”, comentó.
Ignacio dijo que la inversión en cuidar y mantener a los gallos saludables, es costosa. Sin considerar la suma que pagan por la adquisición del animal que fluctúa entre los mil y 3,500 dólares.
La propagación del Newcastle tiene un costo actual para los gobiernos estatal y federal de más de 40 millones de dólares, y se gastaron de unos 250 a 500 millones antes de que la enfermedad fuera finalmente controlada, de acuerdo al reporte presentado por la oficina de la senadora Soto.
Sentimiento de un gallero
Todas las mañanas, cuando el sol apenas se asoma, uno de los 50 gallos que Ignacio cría en el patio trasero de su casa, lanza un fuerte canto.
Entonces Ignacio siente una gran satisfacción. “Lo bonito es oír cantar al gallo, porque me traslada a mi pueblo, es como estar allí cada mañana”, dijo el inmigrante.
Todos los días los galleros emplean tiempo para darles un cuidado adecuado a sus mascotas. Este se incrementa, cuando se llega la temporada de peleas. Entonces el gallo recibe una atención especial.
“Es toda una disciplina, hay que entrenarlo, alimentarlo en cierto horario, vacunarlo y bañarlo”, comentó Ignacio.
Jesús, quien tiene un criadero de unos cien gallos de pelea, añadió que: “Los gallos reciben un cuidado minucioso y especial. Nosotros invertimos mucho dinero en ellos, ¿cómo vamos a querer que estén enfermos?”.
La pelea de gallos es una tradición que no sólo es del gusto de los mexicanos. Anglosajones, afroamericanos, filipinos, orientales y centro y sudamericanos forman parte de la afición.
En varios países, como México, Puerto Rico o Venezuela, las peleas de gallos son legales. Incluso se realizan ferias donde esta actividad es la principal atracción y donde grandes figuras artísticas son parte de la variedad del espectáculo.
En este país, las peleas de gallos están prohibidas en 48 de los 50 estados, según la Asociación para la Defensa y Protección de los Animales (PETA).
Hace unos tres años, Arizona era uno de los pocos lugares donde se autorizaban a lo que denominan deporte gallístico, pero una ley las prohibió.
Con esa prohibición, las peleas clandestinas se incrementaron en California, debido a que los galleros ya no tenían un lugar donde pelear sus aves.
“Ahora hay más peleas en más lugares de California. Cuando llega la temporada, se llegan a pelear gallos los viernes, sábados y domingos”, comentó Jesús.
Apuestas y fortunas
El ambiente, según Jesús, es familiar. A las peleas llegan familias completas: niños y mujeres. Se vende comida y se realizan rifas entre los asistentes.
Los organizadores rentan las llamadas “Wherehouse”, o almacenes, que en segundos son convertidas en auténticos palenques.
Las apuestas corren. Los gallos son preparados para que salten al ruedo a hacer una pelea de pico o navaja.
“Hay quienes juegan hasta los 20,000 dólares”, expresó Jesús.
La mayoría de los gallos de pelea son de procedencia estadounidense. Según los galleros, es en este país donde se realizan las mejores cruzas de razas de estas aves.
“Las hacen [las cruzas de razas] en Ohio, Oklahoma, Arkansas... los que se dedican a hacer nuevas razas de gallos, son los que más dinero ganan”, comentó Jesús, “aquí es donde se prohíben las peleas, pero aquí es donde nacen los mejores gallos de pelea”.
Los gallos de pelea son como los autos. Por temporada se pone de moda determinada raza.
Por ejemplo, entre los que actualmente se consideran una de las mejores razas son el Albany, Hatch, Claret, Whitehackles, entre otros.
“Un gallero cuida a sus gallos con gran amor y los llega uno a querer”, comentó Ignacio.
Otro de los galleros dijo que “aprendemos de los gallos el espíritu de lucha y de superación que toma al rival como pretexto para la superación personal”.
Defensores de los animales
En California, las peleas de gallos son todavía un delito menor, pero en 27 estados de la nación están consideradas como delito grave, incluyendo Arizona, Nevada y Oregon.
La asesora legislativa de la senadora Soto comentó que las peleas de gallos, además de poner en riesgo a cientos de aves, están faltando a la ley porque los miles de dólares que se juegan en las apuestas, evaden impuestos.
Sin embargo, los galleros aseguran que si las peleas fueran legales ellos estarían dispuestos a pagar los impuestos correspondientes, tal y como se hacía en Arizona antes de la prohibición.
“Creo que al estado le convendría porque obtendría más dinero por impuestos”, expresó Jesús.
Pero ni el dinero ni el control de enfermedades de las aves son lo único que está de por medio en la prohibición de peleas.
Lo sanguinario que resulta para algunas personas y, sobre todo, para las asociaciones protectoras de animales, es lo que principalmente ha influido en esa medida.
William Rivas, vocero de PETA, una organización mundial protectora de animales, comentó que “una pelea entre animales siempre será horrible, porque el animal sufre”.
Rivas comentó que las leyes en California deben reforzarse aún más, porque lo aprobado no detendrá del todo a los peleadores de gallos.
“Muchos dicen que tienen gallos para entretenerse, pero deberían hacer otras cosas. Porque quien tiene ese tipo de gallos es para pelearlos”, comentó Rivas.
Las peleas de gallos son difíciles de rastrear por las autoridades porque no cuentan con un gran número de personal para hacer cumplir la ley.
Luego de un operativo de seis meses de investigación, autoridades del condado de Napa, decomisaron en febrero pasado más de 1,500 gallos de pelea y material de parafernalia usados en las peleas. Además arrestaron a dos hombres y 13 más fueron citados a declarar por esas peleas clandestinas.
Jesús comentó que: “probablemente las leyes no terminarán con nuestro gusto por los gallos, pero sí la pensaremos dos veces para seguir jugando”.
“Nos están quitando un gusto, un pasatiempo, que para nosotros es como un deporte donde se requiere disciplina”, expresó Ignacio.

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